sábado, 26 de julio de 2014

Redemption




Capítulo 1: Génesis.


      Aparece un cura en escena, sólo en la iglesia, de repente, abre lo que parece ser la biblia y empieza a recitar unos versículos:


             “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz;  y fue la luz.
Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas…”

            El cura, empezó a recitar los versículos del Génesis, hasta que en el versículo 26, paró.

             De repente, se oye una voz:
  -¿Y la creación del hombre, no la lee?-
  -Esa parte no es de mis favoritas Señor Vanes.-Dijo el cura sin quitar los ojos del libro.
  -Ya veo. En cierta medida, la Tierra estaba mejor sin el hombre, ¿no es cierto reverendo   McWillson?-Le contestó Vanes.
            De repente el cura levanto la cabeza y miró fijamente a Vanes.
            -No me parecen sabias palabras para alguien que se aprovecha de las personas para enriquecerse.-Le respondió McWillson con cierta chulería.
            Vanes, hizo un gesto de molestia hacia el cura y le dijo:
            -Creo que con todo el debido respeto, debería de cerrar esa boca cristiana, y dejar de decir falacias hacia mí, ya que…-
            -¿Ya qué Señor Vanes?-Dijo el cura interrumpiéndole.
            -Ya que tengo una reputación que mantener señor mío.-Le contestó al cura levantándose de la banca en la que se sentaba.
            Después de decir esas palabras, Vanes salió a toda prisa de la iglesia, bastante enfadado y dejando al padre McWillson con la palabra en la boca.
Justamente al salir Vanes de la iglesia, el padre McWillson dejó su biblia sobre el altar y frente a la sacristía se arrodilló y se santiguó.

            Mientras el reverendo se quitaba la sotana, miraba fijamente un crucifijo que se hallaba en la mesa de la sacristía, era raro, ya que el padre McWillson llevaba 3 años en aquella iglesia y jamás había visto ese crucifijo.
El crucifijo era de madera, por lo que el padre dedujo, de madera de buena calidad, de roble quizás. Pero no era la madera lo que le llamó la atención al padre McWillson, era la antigüedad del crucifijo, ya que por lo que se podía apreciar, era bastante viejo.
Además, cabe destacar que en el crucifijo había unas marcas, talladas a mano, por un buen carpintero por lo que parecía.

            McWillson cogió el crucifijo, y se colocó sus gafas, y leyó algo que se encontraba en la parte posterior del objeto:

Ap: 12:3-4
El cura, soltó lentamente el crucifijo sobre la mesa, y fue al altar a coger su vieja biblia, se fue directo al final, al Apocalipsis, ya que las abreviaturas que se encontraba en el crucifijo, eran las abreviaturas de Apocalipsis. Al llegar al último libro de la biblia, buscó el capítulo 12 y se fue a los versículos 3 y 4. A continuación, empezó a leer:

            También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas;  y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.”

            El cura, se estremeció al leer esos versículos tan oscuros y mórbidos de la biblia.
Lo único que hacía era preguntarse quién había puesto aquel crucifijo allí, no sabía lo que hacer, así que decidió cerrar la iglesia y pasear para despejar su mente.

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