sábado, 3 de diciembre de 2016

El día que murió la música.

      Fue un martes 3 de febrero de 1959 el día en el que los compositores y músicos Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper murieron en un accidente de avión durante una gira que llevaban a cabo por Estados Unidos. Desde aquel día la gente llamó al trágico suceso "El día que murió la música."

     Don McLean compuso su pieza clave, "American Pie", en 1971 recordando ese trágico día.

     El viernes 2 de diciembre de 2016 fue el día en el que la música murió para mí, y no solo la música, también la poesía, las palabras y todo lo que adornaba este triste mundo gris en el que nos vemos obligados a nacer, crecer y morir.

     Fue el viernes 2 de diciembre de 2016 el día en el que la Luna desapareció del cielo y dejó de iluminar la solitaria y oscura noche. En ese día las estrellas comenzaron a lucir diferente de como lucían con anterioridad. En aquel momento pasadas las 11 de la noche se perdió la ilusión por todo.

     Sin duda alguna volvería a repetir todo aquello antes de ese trágico día, de esa trágica noche, de ese trágico momento con tal de arreglar mis errores.  Pero por desgracia mis palabras solo son eso, palabras. Y desde mi más profunda tristeza no pueden ser entregadas a quien le corresponden.

     Le prometí todo y no pude dárselo, es más, se lo quité. He pagado por algo que que hice  y  sin duda lo merezco, pues nada pasa sin motivo. Como diría esa canción:"I used to rule the world. Seas would rise when I gave the word. Now in the morning I sleep alone."
De tenerlo todo pasé a no tener nada.

     Pediría mil veces perdón, besaría el suelo mil veces para volver a la normalidad. Borraría esa fatídica noche y todo lo que hice con tal de que todo saliese bien.

     Este va a ser mi último escrito, ya no volveré a escribir más. Entregué lo más preciado que tengo, mis palabras y no volveré a por ellas a no ser que vengan de su mano. Ya no me corresponden, ya no me corresponde...

     Sin duda pasaré mucho tiempo buscando el viento. Pasaré mucho tiempo buscándote Denna. Y por mucho que duela, por mucho que sufra, por mucho que me pese, alcanzaré la redención.


     James Blunt tituló a "Goodbye my lover" como la canción más importante de su carrera y de su vida. La canción se sitúa en una fallida relación del cantante con la que él dijo que fue y será la mujer más importante de su vida. Ella le dejó por culpa de él o quizás porque no llegó a pensar en aquel momento todo lo que supondría ese adiós en la vida de Blunt.
Según se dice, él nunca llegó a perdonarse haber perdido al amor de su vida, y cada vez que canta la canción sólo puede sentir culpa, tristeza, impotencia, dolor y mucho arrepentimiento.
Aunque se dice que cada vez que entona la canción lo hace con esperanzas de recobrar aquel amor perdido.


     Mi más sincero perdón por todo. Si algún día vuelves a buscarme, a leerme, si quizás algún día decides volver estaré aquí esperando. Siempre.



                                                                                                                     
Tu Kvothe.