martes, 29 de julio de 2014

Shadows (2). El Diario.





                                                         Diario de John Dellman.


23-11-14




    Esta noche he encontrado una mujer muerta en su habitación. Con el gordo de la 9ª y el bibliotecario de la calle Bell ya van tres muertes. Tres putas muertes iguales, tres muertes en una semana y en todas lo mismo.


    Las tres víctimas tenían el cuello cortado, les faltaba un dedo y en el pecho un extraño pentagrama.
¿A quién le importa una prostituta muerta, un gordo y un friki que vivía con sus cinco gatos? A mi sí.
Llevo quince años trabajando de  detective privado y otros cinco años que trabajé para el FBI. En toda mi carrera no había visto nada igual. Tres asesinatos perfectos, ni un solo fallo, ni una sola huella, nada.
Empiezo a creer que esto es más grande, no es un loco con un cuchillo sólo, hay algo más.



    Mañana iré al deposito de cadáveres a ver que me dicen de las otras dos muertes, porque por lo que se ve el degenerado utiliza a sus víctimas para  rituales satánicos. La policía cree que las víctimas podrían haber muerto bajo los efectos de alguna droga alucinógena. Espero que los del depósito tengan algo que decirme.


     Desde el lunes no duermo tranquilo, ni si quiera puedo dormir. No sé si será por el olor a meado del pasillo o las peleas entre los drogadictos del 2º A. Pero lo que sé es que ya ni mi lingotazo  de bourbon ni mis pastillas pueden quitarme el insomnio. Duermo todas las noches con un ojo abierto y la pistola en la mano, no le tengo miedo a nada pero no quiero que una noche entre un puto vagabundo drogado y me pegue un tiro.

     Pero hay algo que pienso todas las noches antes de dormir, algo de lo que acabaré arrepentido toda mi vida. Ahora podría estar durmiendo en un colchón de 500 pavos con mi mujer al lado y mi hijo en la otra habitación, además de estar ganando un sueldo fijo todos los meses.

     Este caso no me huele bien. Todo es demasiado perfecto, demasiado milimetrado, algo no cuadra. La policía va a dejar el caso tarde o temprano, tienen demasiadas llamadas por violencia de género y atracos a mano armada.

     Oigo algo detrás de la puerta, una sombra se extiende por el oscuro pasillo, ya vienen y yo los estoy esperando.
      

No hay comentarios:

Publicar un comentario