lunes, 1 de septiembre de 2014

Shadows (13). Sólo sombras.

     El disparo de John me aturdió, si no hubiese sido por el chaleco, ahora estaría muerto.
     Corrí todo lo rápido que pude o mejor dicho, todo lo rápido que me dejó correr mi costilla fracturada por el disparo. Seguí la senda que Dellman tomó y mis hombres con las armas cargadas me siguieron.
     -¿Está bien inspector?-Me preguntó un joven policía que me seguía por la derecha.
     - Tranquilo hijo, el chaleco me ha salvado. Como mucho tendré una pequeña fractura.-Le respondí mientras corríamos.
     -¿Hacia dónde habrá ido Dellman, señor?
     - No muy lejos, William. Este camino lleva a un barranco.-Respondí preocupado ante lo que podía suceder.
     Y al cabo de un minuto corriendo el sendero acabó y allí estaba de pie, dándole la espalda al precipicio y mirándonos con el revolver en la mano.
     Mis hombres le apuntaron con la clara intención de matarle.
     -¡No disparéis!-Ordené.- John, ya está, te hemos cogido.
     -No lo entiendes David. Yo no pude matar a esa gente, no pude matar a mi mujer delante de mi hijo, yo no puedo ser un asesino, Larson.
     -Estos últimos años no han sido los mejores de tu vida John, pero tienes que afrontar lo que has hecho.
     -¿Cómo coño quieres que asimile que soy un asesino en serie? Y lo que es aún peor, el asesino en serie que llevo persiguiendo semanas.-Dijo sin apenas lágrimas en la cara, ya no le quedaban lágrimas.
     -Ya te he dicho que te podemos ayudar John...-Vacilé.
     -¿Ayudarme a qué David? Soy un asesino,¡soy un maldito psicópata, David!
     -Todo fue un gran error John. Tu mente te engañó, quiso huir de la monotomía del día a día y de la triste vida que llevabas.
     -Por lo menos antes tenía una vida.-Respondió.
     -Y puedes empezar una nueva vida.-Le dije.
     -¿Una nueva vida?
     -Sí John, una nueva vida lejos de esto.
     -No pienso pasar lo que me queda de vida en un psiquiátrico.
     -En un centro especializado te pueden ayudar, John. Incluso podrías ver de vez en cuando a Frank.
     -¿Ver a Frank? ¿En serio crees que mi hijo querrá verme después de golpear a su madre cuando era un crío y ahora matarla? ¿Realmente crees que mi hijo se siente orgulloso del asesino que es su padre?
     -Cuando Frank crezca un poco más podríamos explicarle lo que pasó...-Le respondí a John de una manera tan forzada que parecía que le gastaba una broma.
     -No, David. No permitiré que Frank tenga como padre al monstruo que mató a su madre. No permitiré que sepa nada de mí.
     -Tu has elegido esto, John. Has elegido el camino difícil.
     -No, David. Sólo hay un camino en la vida, un camino lleno de oscuridad y cada uno de nosotros elegimos la senda que creemos correcta. Pero al final de la senda, todos acababamos en el mismo camino y te aseguro que mi camino ha acabado muy oscuro. Yo solo elegí esa senda, y yo solo la acabaré.
     -Detende John, no cometas más errores.
     -Es mi turno y decido sacrificar la última pieza David.
     -¡Suelta el revólver John!-Todos mis hombres cargaron las armas y apuntaron a Dellman.
     -Nos encontraremos al final del camino, inspector.
     -¡No, John! ¡Quieto!-Le grité mientras me apresuraba hacia él. Dellman dio un paso hacia atrás y se colocó a escasos centímetros del vacío.
     -Cuida de Frank, sólo te pido eso. Te pido que seas el padre que nunca tuvo.
     -¡John, no!
     -Cuéntale algún día que su padre no fue siempre el hombre que conoció. Dile que un día, su padre fue un hombre de verdad.
     Alargué el brazo mientras corría, pero ya era tarde.
    -Dile que lo siento por todo y que lo quiero más que a nadie.-Al acabar la frase Dellman colocó el revólver en su cabeza.
    -¡Noooooooooo!-Grité.
    -Sombras David, sólo somos sombras.-Y justo después de acabar la frase, Dellman se dejó caer al vacío mientras disparaba el arma contra su cabeza.
     Esas fueron lás últimas palabras de John Dellman antes de morir. Y con el tiempo me di cuenta de que Dellman tenía toda la razón. Todos somos sombras.
     Al ver como Dellman caía al vacío, quedé en estado de shock.
     Era irónico, ¿verdad? Un hombre que había tenido una buena vida, una esposa, un buen trabajo. Un hombre que había pasado toda su vida detrás de asesinos y dementes, y ahora, el era el demente asesino. El mismo había acabado con su esposa, el mismo se había perseguido semanas, hasta que al final, cuando acabó dándose cuenta de todo, vio que ya era tarde y acabó siendo una sombra más.
     Llamamos a un cuerpo médico y descendimos el barranco a por el cuerpo de Dellman.
     No hacía falta certificar la muerte, el disparo le había roto el cráneo y atravesado el cerebro hasta salir por el parietal izquierdo. Y por si no fuera poco, la caída le había destrozado la columna y le había pulverizado por completo el cráneo. Lo que quedó de John Dellman no era más que un saco de huesos rotos y un gran charco de sangre.
     No sé en que momento Dellman escribió aquella entrada en su diario, pero lo que sé es que por alguna razón que desconocía, el diario de John Dellman ahora me pertenecía. Según los médicos que realizaron la autopsia del cuerpo, encontraron el diario en un bolsillo de su gabardina, junto con una foto del pequeño Frank.
     Tampoco sé por qué lo hice, pero supongo que las últimas palabras de Dellman me hicieron recapacitar, eso y la precaria situación de su hijo, ahora huérfano, hicieron que luchara por la custodia de Frank.
     Después de varias reuniones con los agentes sociales, se me concedió la custodia del niño. Yo era la única familia que le quedaba. A partir de ahora yo era su familia.
     John fue enterrado unos días después. Nadie fue al funeral, sólo yo.
     Llovía mucho, y el ataúd se empapaba poco a poco de agua. El pastor que presidía la misa recitó unas cortas palabras mientras un monaguillo lo tapaba con un paraguas. Yo, en cambio, sólo llevaba mi viejo sombrero de solapa corta y mi traje protejido por mi chaqueta gabardina negra.
     La historia de John Dellman no fue entregada a ningún medio comercial. El único recuerdo que quedó de Dellman fue su diario, el diario en el que se encontraba toda su vida plasmada en palabras, toda una vida que ahora me pertenecía.
     El diario fue adjuntado junto con el mío y con otros escritos e informes que escribí durante un tiempo.
     Quizás la historia de John desaparecería con el tiempo, pero no de mi cabeza. No olvidaré jamás a John Dellman. Era un asesino y un demente, pero aún así, era un buen hombre, después de todo aquello, no me arrepentía de haberle ofrecido una segunda oportunidad, aunque él nunca la aceptó.
     El caso de Dellman me hace ver que el más honesto de los hombres puede ser corrompido por un mal mucho mayor que la lujuria, el alcohol o las drogas. En el caso de John, el alcohol sólo potenció aquellos fantasmas del pasado que lo atormentaban. La prematura muerte de su madre, los malos tratos que sufría por el alcoholismo del mismo y sus propias experiencias con la bebida, hicieron que todos esos fantasmas que lo atormentaban acabaran saliendo a la superficie y acabaran envolviéndolo en un manto de oscuridad y miedo, y finalmente, ese miedo y esa oscuridad acabaron conviertiéndolo en lo que más había temido siempre, en aquello de lo que siempre había huído.
     Ahora entiendo las últimas palabras que Dellman me dijo. Él tenía toda la razón, al fin y al cabo todos somos eso, todos somos lo que odiamos y todos acabamos convirtiéndonos en esos fantasmas. Al final, somos sólo sombras.



                                                      SHADOWS
                                 FIN    


                              





                                    Agradecimientos 

      Primero, quiero aclarar que aunque los agradecimientos suelen ir situados al principio de cualquier novela o libro, yo los he situado al final. He hecho esto, porque empecé esta novela (ni si quiera merece ser llamada novela, ya que es una breve historia sacada de un guión mío) solo y poco a poco fui ganando seguidores, poco a poco, vosotros, los lectores fuistes dándome ánimos para seguir adelante. Ya fueran críticas o alagos en si, todas esas opiniones tanto por las redes sociales como en persona, sumado a las mil visitas en un mes, hicieron que pudiera acabar esto.
      Me sabe  mal dejar esta historia, ya que es la historia con la que he dado el salto a la literatura amateur y me duele también por esos pocos lectores que me seguían, ya que a lo mejor esperabais más y no he podido daros todo aquello que deseabais, pero aún así mil gracias por todas estas visitas y por todas esas opiniones y comentarios.
     Antes de dejar esto aquí, quisiera informaros a los que seguís interesados en leer las palabrejas y las historias de este servidor, que voy a preparar otra historia, aún más larga y aún mejor que esta.
     También quisiera aclarar, que después de este capítulo, escribiré un epílogo sobre "Shadows" para explicar mejor la historia y todo aquello que ha podido quedar en el aire.
     Quisiera hacer una mención especial a una lectora en particular, que aunque no diré su nombre, espero que sepa que esto va dirigido a ella; quisiera darte a ti las gracias en particular, quisiera agradecerte por encima de los demás todo el apoyo que me has dado tanto en anónimo como en particular. Quiero que sepas que gracias a ti, he podido seguir escribiendo incluso cuando no me quedaban ganas ni palabras. Gracias.
     Para despedirme, quisiera daros una vez más las gracias al resto y deciros que poco a poco iré perfeccionando mi escritura y publicando más obras e historias con las que entretener a los amantes de la lectura.
     

                                                                                    Un abrazo y muchas gracias a todos. 
                                                                                                               Firmado: Joshiank.
  

     


2 comentarios:

  1. Eres grande, sigue así y llegarás lejos!!!

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    1. Muchas gracias de verdad. Gracias a gente como tú sigo adelante. Me encarnaría saber quien eres jo.

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