lunes, 4 de agosto de 2014

Shadows (6). Amigos.

     Me encontraba en frente suya, cara a cara, sólo nos separaban unos escasos metros. Lo conocía muy bien y el a mí igual, yo sabía que no podría hacerme nada y que aunque pudiera tampoco lo haría. Pero sabiendo todo eso, aún me sentía nervioso cada vez que le miraba a los ojos, esos fríos ojos, azules como el hielo y que no podía mostrarte nada. Ese hombre, el hombre que mató a todo esa gente, podría ser tu vecino, tu amigo, o incluso tu padre. Era perfecto, ni el mejor de los psicólogos podría saber a simple vista que ese tipo era el psicópata más grande que yo haya visto.
     -Siéntese John. No me gusta que mis visitas estén de pie, y menos si se trata de un viejo amigo.
     -No somos amigos Jason, lo sabes muy bien.-Le respondí sentándome en el suelo.
     -¿Qué más da John? No hay amigos ni enemigos, en este mundo todos somos iguales.
     -No decías lo mismo cuando castrabas a esos judios Jason.-Le respondí friamente.
     -Yo no tuve la culpa John. Las voces me obligaron.
     -¿Las voces? Por dios Jason, tú no oyes voces.-Sabía que ese maldito cabrón estaba como una regadera, pero no escuchaba voces.
     -JAJAJAJAJAJAJAJAJA. ¡Pues claro que no John, yo no estoy loco!-Me dijo a carcajadas.
     Seguía siendo el mismo loco de siempre, o incluso más.-Bueno John, ¿cómo le va la vida? ¿Están bien la hermosa Linda y el pequeño Frank?
     -Eso no es de tu incumbencia Jason. Sabes perfectamente que no he venido a hablar de mi familia.
     -Pues claro John, ¿a quién queremos engañar? Jason sabe que nuestro amigo John no ha venido para eso.- Ese tío me sacaba de mis casillas, cada vez que abría la boca me entraban ganas de pegarle un puñetazo y que callara de una vez por todas.
     -Seamos claros Jason, necesito tu ayuda.
     Jason abrió exagerademente la boca con gesto de sorpresa.-¿John Dellman quiere algo de mí? ¿Qué clase de juego es John? Quiero jugar.
     -No es ningún juego Jason, es algo muy serio.
     -¿De qué se trata amigo?
     -Hay un tipo por la ciudad que se dedica a matar gente de una manera un tanto peculiar. Ahora mismo podría estar matándo a otra persona y yo estoy aquí hablando contigo porque eres el tipo más loco que conozco y te necesito.
     -Entiendo.-Asiente Jason.-A ver, has venido a mí para que te ayude a encontrar a ese tipo, ¿no?
     -Exacto Jason.
     -¿Y pretendes que te ayude?-Dice riéndose.
     -Eso pretendía...
     -No lo voy a hacer John, está claro. Dice seriamenete.
     -¿No le vas a hacer un favor a un viejo amigo?
     -JAJAJAJAJAJAJAJA. Por dios John, era una broma. Claro que te voy a ayudar, aquí no tengo tareas, me aburro.-Claramente estaba mucho más loco que la última vez.
     -Vale, te lo agradezco mucho Jason.
     - No hace falta que me des las gracias John, somos amigos.-Me dijo sonriendo.-Bueno John, ¿cómo es el tipo que buscas?
     -Nadie le ha visto la cara nunca, ni si quiera lo han visto. Pero siempre mata a sus víctimas igual Jason. Las droga, les obliga a hacer un ritual satánico y cuando ya no les son útiles, les corta el cuello y les dibuja un extraño pentagrama en el pecho.
     -Es de los míos.-Dice el jodido loco sonriendo.
     -Se  le acabó el tiempo detective.-Se oye por los altavoces.
     -Oh no... Es una pena que no podamos seguir hablando John.
     -Tranquilo Jason, mañana me tendrá de nuevo aquí.
     -Mucho mejor, ya estaba empezando a entristecerme.-Dice bajando la cabeza.
     Me levanto y le doy la espalda.
     -Hasta mañana Jason.
     -Hasta mañana John, tenga cuidado con el tráfico, podría salir disparado del coche y reventarse la cabeza con el asfalto.JAJAJAJAJAJAJAJA.
     El cabrón estaba loco de remate, pero el tiempo que estuve delante suya, hablando, me sentí bien, en la parte más escondida de mi corazón, yo estaba bien, y no sabía por qué. Ese tipo podría ser el mayor demente y el mayor psicópata que había conocido, pero una cierta manera me hacía recordar a los viejos tiempos, a aquellos tiempos en los que tomaba café con mis compañeros del FBI, a los tiempos en los que todas las mañanas besaba a mi mujer y ella me entregaba el desayuno con una sonrisa, en las risas de mi hijo cuando jugábamos juntos a "La Guerra de las Galaxias", a los tiempos en los que tenía una vida.
     Entro en el coche y saco un cigarrillo. Toso al darle la primera calada.
     -Esta mierda me matará algún día.-Me dije.
     Estaba nevando, mucho. Mis limpiaparabrisas no daba a basto.
     -Al final acabaré reventándome la cara contra el asfalto como me dijo ese jodido loco.
     Sonaba en la radio "Yesterday" de "The Beatles", me gustaban esos jodidos ingleses y en Navidad siempre aprobechaban los de la radio para poner esa canción.
     Mientras conducía y fumaba, no dejaba de pensar en Linda y el niño, en como estarían pasando la Navidad. A la vez que pensaba en ellos, no me quitaba de la cabeza la risa de Jason y los asesinatos del cabrón de los pentagramas.
     -"Yesterday... All my troubles seemed so far away..." Sonaba en la radio.
     Yo seguía pensando. Quizás me sentía bien hablando con el loco de Jason porque en el fondo tenía razón, porque en el fondo yo era su amigo, y él era el mío, quizás yo era su único y amigo, y a mi muy pesar él era el único amigo que me quedaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario